Una semana con el Apple Watch Series 4 (o cuando llevas el móvil en la muñeca)

Apple Watch Series 4 el gran resultado de la aventura de los Apple Watch.

Un producto sin categoría, una aventura sin un rumbo fijo, un ensayo para Apple… Los comienzos del Apple Watch fueron digeridos con dificultad en el mercado ¿Un reloj a estas alturas? El fabricante nunca dio respuesta a las inquietudes del mercado simplemente porque ellos mismos no las tenían: seguían trabajando en un recorrido marcado en su estrategia y las cosas caerían por su propio peso. Para alimentar más si cabe las dudas, el producto se presentó en los primeros adelantos de los resultados sin una categoría propia, con lo que resultaba imposible saber si se había vendido mucho o era un fiasco. Ese dato no le interesa a Apple. Y en medio de esta ‘confusión’, el fabricante de Cupertino presentó el Apple Watch Series 4, una evolución del Apple Watch que se esperaba quedaría a la sombra de los nuevos iPhones, pero… fue justo al revés.

Sobre el papel, el recién llegado parecía una mejora incremental del Series 3, su predecesor: más pantalla, más procesador, más prestaciones… pero en la muñeca, el asunto cambia por completo. Una semana de uso intenso del Apple Watch Series 4 me ha corroborado en esta hipótesis: estamos ante el mejor producto de los californianos desde el lanzamiento del iPhone X, y decir eso no es poco. Mi elección fue el modelo de 40 milímetros y, eso sí, con conexión LTE; anteriormente he usado los dos modelos precedentes únicamente con WiFi y este salto lo estaba esperando.

Conectarse para desconectar

No vamos a abundar en las mejoras evidentes del equipo: la pantalla es considerablemente más amplia y caben muchas más ‘complicaciones’ o lo que es lo mismo, de un vistazo uno puede tener mucha más información y sin necesidad de tocar ni un solo botón; el procesador es visiblemente más rápido y no hay casi retrasos en la ejecución de las aplicaciones y la batería sigue siendo suficiente para un día completo de uso. Lo mismo que un móvil, porque, que no se engañe nadie, el Watch Series 4 está mucho más cerca de ser un smartphone que un reloj, sobre todo en el modelo equipado con conexión LTE.

Ni lo dudé: el modelo que adquirí, tras la obligada reserva, fue el Cellular y tras un tortuoso proceso de activación, por fin pude vivir una extraña sensación: salir a la calle dejando el iPhone en casa y seguir conectado. Fue, curiosamente, una sensación de liberación: no llevaba nada en el bolsillo y sabía a ciencia cierta -porque lo había configurado de esa manera- que al Apple Watch llevaría únicamente lo importante. Con los AirPods en los oídos (sí, este accesorio es imprescindible) mis paseos con el perro y las actividades deportivas adquirieron una nueva dimensión: podía escuchar podcasts y música con la conciencia tranquila de saberme localizado.

Pero pronto descubrí la gran paradoja que confirmó que la compra había merecido la pena: había adquirido un reloj súper conectado precisamente para desconectar. Ya no me molestaban ni los zumbidos de las redes sociales ni las notificaciones sin sentido y de hecho, tampoco podía yo perder el tiempo buscando una pantalla a la que mirar, sencillamente porque ya no la llevaba encima…

Ver precio Apple Watch Series 4

 

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