iPhone X, las claves del móvil más especial del momento.

Fotografía iPhone X: CNET

  • “¿Es ese el nuevo iPhone?”, la pregunta va acompañada de una mirada curiosa hacia el móvil que sostengo entre las manos.
  • “Sí, bueno, uno de ellos”, una respuesta que provoca de forma inmediata un gesto de confusión. “Este es el iPhone 8, pero Apple presentó también el iPhone X, concluyo.

Y no cabe duda de que esta persona se refería al flamante iPhone X al formular su pregunta (nota: se lee ‘10’, no ‘equis’); se trata del modelo que viene precisamente a conmemorar el décimo aniversario del lanzamiento del primer iPhone. Una mirada rápida hacia el pasado nos traslada a un mundo en el que los móviles no tenían pantalla táctil y la mitad de su superficie estaba ocupada por un teclado físico; una aberración que hoy en día no toleraríamos pero que antes era norma. Apple llegó, vio y venció con un argumento que en la época parecía suicida: su móvil sería solo pantalla -táctil- y no habría teclado físico; el móvil se usaría además para navegar por internet y escuchar música.

Sí, Apple ‘inventó’ todo esto y en 2017 vuelve con fuerza para recordarlo con un móvil muy especial: el iPhone X. Como suele suceder en todos los lanzamientos de Apple, los devotos se deshacen en alabanzas y los haters (odiadores oficiales) lo critican intentando ridiculizarlo. Pues bien, el iPhone X tiene munición suficiente como para satisfacer holgadamente a ambos, y lo curioso del asunto es que ambos emplearían las mismas características para argumentar/criticar.

Pero si la objetividad se construye con mimbres históricos, conviene recordar que el grueso de las novedades que presenta Apple vienen para quedarse, y no solo eso, sino que transforman el mercado arrastrando al resto de la industria. Este comentario se refiere al desbloqueo facial -FaceID- presentado en este modelo y a su pantalla ‘infinita’ sin botones físicos; es cierto que los críticos de la marca argumentarán, no sin razón, que ambas prestaciones estaban ya presentes en el mercado de manos de sus rivales, pero como hemos apuntado antes, cuando el fabricante de Cupertino adopta algo, conviene recordarlo porque afectará para siempre a toda la indusdria.

¿Por qué es importante el nuevo formato de autenticación del usuario? Apple emplea un sistema mediante el cual escrutina el rostro del propietario de quien registra hasta 30.000 puntos de forma que sea virtualmente imposible confundir su identificación. Han sido múltiples los intentos por engañar al sistema y es cierto que al final, alguien, en algún momento, lo ha logrado, pero hablamos de números anecdóticos que no afectarán al usuario en su día a día. FaceID es mucho más seguro que el lector de huellas, que a su vez era infinitamente más seguro que los sistemas previos de identificación.

Pero la gran ventaja de este nuevo método de identificación y desbloqueo reside en que el usuario virtualmente se olvida de hacerlo: basta con orientar, ni siquiera mirar, el móvil hacia el rostro y ya está todo hecho. La gran mayoría se queda con que FaceID desbloquea el iPhone, pero en realidad va mucho más allá: está en manos de los desarrolladores para, por ejemplo, confirmar un pago o acceder al banco entre otras muchas funciones. Se trata, en definitiva, de un sistema enormemente seguro y tremendamente conveniente (como decían, la mejor tecnología es la que no se ve).

La otra gran aportación del iPhone X reside en dedicar todo el frontal a la pantalla y eliminar por completo los botones; el móvil es un dispositivo eminentemente multimedia y la gran pantalla OLED del terminal resulta sensacional para este cometido. Al eliminar marcos y botones, Apple ha logrado, además, el hito de reducir el formato -es más pequeño que el iPhone 8 Plus-, ofreciendo una pantalla más grande. ¿Merece la pena el iPhone X? Sí para quien pueda permitírselo, desde luego.

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