Entrevista a Mikel Feijoo: “En Moda vendemos historias y emociones, no ropa”

Si alguna vez se creó un nombre imposible, fue Skunkfunk. Sin embargo, su creador Mikel Feijoo ELzo, ha conseguido que sea memorizado en los cinco continentes. Con fuertes valores en sostenibilidad, la marca reivindica un consumo sostenible para una mujer femenina, con derecho a vivir de forma no convencional y más responsable.

Detrás del personaje peculiar, mitad empresario, mitad sabio, Mikel Feijoo es alguien que enriquece cualquier diálogo. Sus mil texturas llevan el sello Skunkfunk, su discurso es totalmente coherente con la marca. Es una de esas personas que genera una frase inolvidable en cada frase.

 ¿Cómo definiría Skunkfunk para quien no conoce su marca? En lenguaje pop, ¿es una marca para adictos a un estilo determinado?

Suena un poco excesivo, pero Skunkfunk ha creado su propio estilo que ha ido evolucionando a lo largo de sus veinte años; desde un streetwear de corte militar a un estilo basado en líneas geométricas y bloques de color a algo más atemperado pero original y fiel a su estilo y femenino a día de hoy.

Su marca tiene un profundo sello de moda sostenible, es una empresa certificada GOTS ¿nos puede explicar a los profanos qué significa eso? ¿qué compramos cuando adquirimos una prenda con este sello?

GOTS es la certificación más completa y exigente que conocemos de las más de 500 certificaciones que existen. Toca criterios sociales y medioambientales y el hecho de que una empresa, y no un tejido, por ejemplo, lo tenga, significa que toda su cadena de valor, desde el agricultor de algodón, hasta el cliente final, está certificado bajo rigurosos parámetros. Debería de añadir que la de la Moda es la cadena de valor más larga en cualquier industria lo que añade complejidad al tema. Todos los eslabones de la cadena han de estar certificados.

Asimismo somos los únicos certificados en el estado como Fair trade o comercio justo en textil.

Usted aboga por una producción responsable para toda la cadena de valor. Desde el productor de la tela hasta que la prenda está terminada son profesionales avalados, lejos de las grandes fabricaciones que explotan a sus trabajadores ¿Cómo consigue luchar contra los gigantes de la producción masiva?

No luchamos contra ellos, nosotros defendemos otro modelo. Nosotros hacemos slow fashion que es en realidad lo que se ha hecho hasta hace bien poco en moda. Si tu generas el diseño, los estampados, controlas los procesos productivos y velas para que todo el mundo gane en la cadena de valor es prácticamente imposible hacer fast fashion.

Su modelo, sin embargo, parece difícil de trasladar al consumidor ¿Cree que el mercado está lo suficientemente maduro? ¿Saben los consumidores valorar una prenda realizada bajo los exigentes criterios de su firma?

La información de lo que supone pagar 5 euros una camiseta simple estampada la tenemos ahí, hay documentales como “the true cost” que lo dejan muy claro . Otra cosa es que no se quiera ver y se quiera tomar responsabilidad de nuestro consumo. Cuando consumimos estamos dando forma al mundo en el que vivimos. Si consumimos responsablemente tendremos un impacto positivo, si no, seremos responsables de cosas que no nos gustaría vivir en primera persona. Somos un animal muy incoherente.

Hay un nuevo mercado para la moda sostenible ¿En un momento tan delicado de crisis económica y salarios mínimos los consumidores miran la moda sostenible como un nicho elitista?

En pocos años hemos sufrido cambios enormes en tendencias y modos de consumo. Consumimos más que nunca, se fabrica más ropa que nunca pero esta tiene menos valor que nunca. ¡EL año pasado de fabricaron 80.000.000.000 de prendas! La ropa ha pasado de ser un producto de lujo y aspiracionalidad a algo con obsolescencia programada de usar y tirar.

No vamos a dejar de consumir, lo que tenemos que hacer es consumir de otra manera, comprar menos y sobre todo comprar mejor.
Somos parte de una industria consumista, no nos engañemos, pero en vez de tener un valor neto negativo podemos a través de cómo consumimos mejorar muchas cosas.

La moda sostenible no es un nicho, es una necesidad y un valor en alza.

Skunkfunk es una empresa que bien podría ser un caso de estudio de éxito sin precedentes. Creció y eclosionó tan rápidamente que llegó a poner en peligro su propia viabilidad. Usted suele decir que fue uno de los retos más difíciles, mantener el equilibrio y surfear entre las dificultades ¿qué aprendió de todo aquello?

Sin lugar a dudas la clave está en las personas. Es difícil crecer rápido e ir  acompañado de los profesionales adecuados dado que sus perfiles han de forzosamente cambiar según el volumen y complejidad de las situaciones. Es clave pero es difícil porque es duro tener que prescindir de gente que ya no tiene las capacidades necesarias o le han sobrepasado de manera personal o profesional las circunstancias.

Cuando se hacen las cosas por instinto no se suele planificar y es un problema, pero quien se dedica a planificar y prever todo rara vez crece mucho. Este es un negocio hiper competitivo y muy cambiante además de saturado. Llevo más de 25 años en el mundo de la moda y he visto unos cambios increíbles; bueno, nada que no hayamos visto en nuestra forma de vida en realidad; es un reflejo de esto.

Otra cosa que me gustaría añadir es que es mas fácil crecer que decrecer. Yo entiendo las empresas como seres vivos que han de crecer. A nosotros nos pilló de lleno una crisis de crecimiento mal gestionado, una crisis de consumo, del mercado, bancaria; con miedo entre el consumidor, el trabajador…  una tormenta perfecta pero hemos salido de una situación imposible y eso nos ha hecho más fuertes y sobre todo, sabios.

Sin lugar a dudas, Skunkfunk es la firma vasca más internacional que existe en moda, ¿Cuáles son los valores que recibe su marca sobre esta identidad?

Los vascos somos un país pequeño pero siempre, por curiosidad y necesidad, hemos viajado a lo largo del mundo.

Siempre hemos defendido la identidad como un valor, y la autenticidad como otro. La moda también es identidad, ahora, inventarse identidades cuando en la tuya real hay mucho que contar pues siempre me ha parecido postureo.

Skunkfunk es una empresa vasca con vocación internacional desde el primer día. Siempre hemos exportado en torno al 70% y ahí fuera la gente valora que haya autenticidad. Si fuéramos noruegos defenderíamos nuestra identidad como un valor y construiríamos un relato a partir de esto y no una historia far west tejanera por ejemplo.
En Moda vendemos historias y emociones no ropa.

¿Qué mercados son su objetivo? ¿Dónde tiene los ojos Skunkfunk, hay algún país donde le gustaría llegar y le haya costado especialmente entrar?

China es un mercado donde la sostenibilidad y aunque parezca mentira, la autenticidad se valora más que en la mayor parte del mundo. Pero los códigos son otros, el lenguaje es otro y el mercado ha llegado a una saturación donde es muy difícil entrar.

Otros mercados en los que nos iría muy bien son Colombia y Mexico, Brasil también pese a que este último sea re- complicado.

 ¿Dónde se ve Mikel Feijoo Elzo dentro de diez años? ¿Conseguiremos avanzar en la concienciación de que el consumo responsable es tarea de tod@s? ¿Es optimista al respecto?

La sostenibilidad en el mundo de la moda está de moda y ojalá lo esté para quedarse. Avanzamos, sin duda pero hay demasiado que cambiar. Sólo el impacto del consumo en dos países; India y China está dando forma al mundo que veremos en diez años. Too Little, too late?; es una pregunta que lanzo al aire.

 

¡Muchas gracias!

 

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