Según un estudio de hábitos de consumo realizado en el mes de julio de este año, la tortilla de patata es el plato favorito de casi la mitad de los vascos. Es uno de nuestros platos bandera de hoy y de siempre, y probablemente una de las primeras elaboraciones fusión de la historia de la gastronomía. Con la llegada de los españoles a América se abrieron las puertas a una despensa hasta entonces desconocida que con el paso de los años iría repoblando Europa con alimentos nunca vistos hasta entonces. La patata, como tantos otros productos, penetra muy poco a poco en el recetario de las clases más humildes hasta que en un momento señalado de la historia gastronómica, los tubérculos procedentes del Perú se mezclan con los huevos europeos para crear una receta que perdurará para siempre. Pero… ¿cuándo fue? ¿quién la inventó?
Para saberlo, habrá que separar dos hechos diferenciados, por un lado ¿cuándo se elaboró la receta por primera vez? y por otro lado ¿en qué año se encuentra la primera referencia escrita de la tortilla?
índice
La leyenda de Zumalacárregui: El mito (falso) del origen vasco de la tortilla de patata
Cuenta la leyenda que fue el General Tomás Zumalacárregui quien durante el sitio de Bilbao en las primeras guerras Carlistas inventó esta receta como plato sencillo y nutritivo con el que mitigar la hambruna por la que atravesaba su ejército. Otra vertiente de esta leyenda afirma que el general tomó prestada la receta de un ama de casa anónima de Navarra que se le preparó a Zumalacárregui. Sin embargo, estas dos leyendas que tanto gustan en Euskadi no pueden ser más que… simplemente leyendas. Por un lado, existe documentación en textos históricos que recogen la elaboración de la tortilla mucho antes de las Guerras Carlistas (1833). Por otro lado, usando el sentido común… Si la patata llegó del Perú a Europa durante el siglo XVI y los huevos eran de consumo básico en la época ¿cómo es posible que a nadie en 250 años se le ocurriera mezclar ambos productos? Imposible.
Badajoz… ¿la primera tortilla de patata documentada?
Tal y como nos cuenta la periodista gastronómica Ana Vega Pérez de Arlucea en un artículo de obligada lectura para El Confidencial, corría 1798 cuando el Marqués de Robledo y José Tena de Godoy se empeñaron arduamente en promover el consumo de pan elaborado con patatas con el objetivo de popularizar su consumo y conseguir indirectamente un descenso en el precio de los cereales. En este afán, publican en el “Seminario de agricultura y artes dirigidos a los párrocos” una receta de patata cocida, agua, harina, sal, levadura y trigo que para algunos pasa a la historia como la primera receta “oficial” de la tortilla. Sin embargo, a pesar de que La Serena es para muchos el lugar de nacimiento de esta elaboración, estoy seguro de que estos ingredientes no son los que la mayoría reconoceréis como propios de una tortilla como Dios manda… ¿levadura? ¿harina? Y… ¿dónde está el huevo?
La tortilla española… ¿es belga?
Así lo afirma Óscar Caballero en su reciente libro “Comer es una historia” de lectura muy recomendable para los amantes de las curiosidades gastronómicas. Para llegar a esta conclusión, Caballero alude a la receta publicada en 1603 en la obra “Obertura de cocina” de Lancelot de Casteau, cocinero de tres obispos en Lieja. En ella, relata una mezcla de patata rehogada en mantequilla y ligada con huevo, pudiendo dar lugar a la primera referencia escrita de nuestro plato bandera. Esto supondría que los orígenes de la tortilla son belgas, que, para consuelo de los más patriotas, también era Imperio español en el S. XVII
Esta teoría ha sido rebatida por algunas investigadoras como la mencionada Ana Vega, quien afirma que esta referencia histórica Lancelot alude a tartoufle (trufas) y no a patatas.
Entonces… ¿quién inventó la tortilla de patata realmente?
Después de haber investigado diferentes interpretaciones sobre la historia de la tortilla, creo que podemos dar por buenos dos datos objetivos: El primero, que las patatas fueron a partir de su llegada desde América objeto de consumo principalmente para clases humildes, llegando a la nobleza y al clero a principios del S.XVIII. En segundo lugar, parece que no tenemos certeza documental de una primera receta de la tortilla tal y como la conocemos hoy antes del siglo XIX; por lo tanto, quizás lo más bonito de este plato que nos une a todos sea precisamente que su origen no pertenece a nadie en concreto: la tortilla no es de nadie y es de todos a la vez. La tortilla, es de su pueblo.
