Con el paso de los años y viendo lo que avanzan las cosas, los que nacieron en la década de los setenta recuerdan no sin cierta nostalgia, cómo la familia se arremolinaba en torno al único televisor (en blanco y negro) de la casa para disfrutar del “Un, dos, tres” o alguno de los escasos programas que se emitía; en aquel entonces no había opción a hacer llamadas perdidas porque no había móviles y se dejaban los recados en casa (“dígale por favor que me llame”). Los más jóvenes palidecen cuando se les explica esta realidad, sobre todo porque ahora los avances tecnológicos van a ritmos trepidantes, y 2019 no será una excepción. ¿Qué nos depararán las revoluciones tecnológicas de 2019?
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Revoluciones tecnológicas de 2019
Móviles plegables
Si nos dicen no hace mucho que nuestro smartphone podría plegarse como una servilleta de papel en el bolsillo diríamos que se trata de una broma, pero nada más lejos de la realidad: los móviles plegables verán la luz comercialmente este año. ¿En qué consisten exactamente? Los fabricantes han logrado dar con la tecnología que permite doblar la pantalla táctil de manera que el equipo pueda tener dos formatos de uso: como un móvil al uso pero con dos pantallas (una frontal y otra en el lomo), o bien como una tableta al desplegarse. Los expertos vaticinan que este nuevo formato, de consolidarse en el mercado, puede cambiar las reglas del juego para siempre y ampliar el abanico de usos de los smartphone. Samsung será el principal precursor de este tipo de equipos con el Galaxy F que vería la luz este mismo año.
La ‘invasión’ de la Inteligencia Artificial
Se trata de un término que nos rodea y está presente en todas partes, pero poca gente tiene claro en qué consiste y la trascedencia que tendrán en nuestro día a día los sistemas de aprendizaje automático.
A pesar de tratarse de una de las revoluciones tecnológicas de 2019 lo primero que hay que saber es que ya estamos rodeados por ellos y están presentes en nuestras vidas y si no nos cree, llame por teléfono al servicio de soporte de cualquier gran empresa: le atenderá una voz automatizada basada en inteligencia artificial. El sistema irá formulando preguntas y registrando las respuestas de forma automatizada para ofrecer un servicio, sobre el papel, más eficiente. Pero donde tendrán un impacto más visible estos sistemas será en la conducción: los coches autónomos son una realidad y 2019 será sin duda, un año de despliegue de estos sistemas dirigidos por un ‘cerebro’ basado en IA. ¿Por qué? Básicamente porque las máquinas son mejores que los humanos en el grueso de las tomas de decisiones: al carecer del componente humano, emocional y visceral, las decisiones son adoptadas basadas en datos reales y las consecuencias de las mismas se conocen de antemano en base al sistema de aprendizaje.
Coches autónomos
Se trata de otra de las revoluciones de las que hemos escuchado hablar mucho pero que parece que no terminan de asentarse y sin embargo, 2019 podría ser el año de su eclosión final. Los coches autónomos han comenzado a comenzar a funcionar -todavía en fase de pruebas- en diversas ciudades en Estados Unidos, pero en algunas localidades, las pruebas se encuentran en la fase final. Este es el caso de Waymo, el vehículo autónomo de Google, en Arizona, un estado en el que las pruebas de conducción sin conductor se encuentran en la fase final y se han topado con un inesperado inconveniente: el rechazo de sus ciudadanos. En Chandler, se han contado hasta una veintena de sabotajes por parte de sus habitantes que contemplan con abiertas suspicacias la ‘invasión’ de este tipo de vehículos. ¿Cómo lo demuestran? Pegando frenazos y cruzándose deliberadamente delante de los Waymo, o abiertamente pinchando sus ruedas ¿A qué se deben estos ataques? Existe la creencia de que este tipo de vehículos van a detraer mano de obra humana, y esto es, en parte así.
Sin embargo, no se puede dar la espalda a la nueva realidad: la inteligencia artificial restará inicialmente mano de obra directa en algunas tareas que pasarían a ser desempeñadas por sistemas inteligentes, pero por contra requerirá puestos bien formados para gestores de carne y hueso que supervisen estas máquinas. Un cambio de paradigma que es totalmente inevitable y al que deberemos acostumbrarnos.